Las energías renovables están transformando la economía global, impulsando la transición hacia un modelo más sostenible. A medida que la crisis climática y la dependencia de los combustibles fósiles se intensifican, los gobiernos y las empresas invierten en tecnologías limpias como la solar, la eólica y la hidroeléctrica.
Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), la capacidad renovable crecerá un 75 % para 2027, convirtiéndose en la principal fuente de electricidad mundial. Además, la generación de empleo en este sector sigue en aumento, con más de 13 millones de puestos de trabajo a nivel global.
El crecimiento de las energías renovables no solo beneficia al medioambiente, sino que también mejora la independencia energética de los países y reduce la volatilidad en los precios de la electricidad. Para las empresas, adoptar fuentes de energía limpia representa una ventaja competitiva y un atractivo para inversionistas cada vez más enfocados en la sostenibilidad.
En definitiva, la energía renovable es el motor de la economía del futuro, ofreciendo oportunidades para la innovación y el desarrollo sostenible.